Sueños desagradables
A veces detesto los sueños que tengo.
Terminan siendo grotescos y horribles.
Le cortaron los pies, dejando al descubierto el hueso de la tibia, que se friccionaba con el metal de la rueda de una motocicleta.
Se cubrió el cuello con su brazo. Sabía que tendría consecuencias mayores sus actos. Le introduje un objeto punzante, atravesando los músculos del brazo hasta alcanzar por completo la garganta. Regurgitaba coágulos de sangre cada vez más espesos. Con unas tijeras le reventé los globos oculares, y así quedó tendido sobre la cama de una habitación mal iluminada.
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